Mucho se habla y se dice de la idea del Gobierno de hacerse cargo de la transmisión del Futbol Argentino, y para realizar dicha operación tendría q desembolsar 600 millones de pesos.
Pero eso es: ¿Estatizar el futbol o hacer al futbol algo común para todos y con la posibilidad de hacerlo con un mayor alcance social?
Hoy tenemos un empresa TSC (Televisión Satelital Codificada) que desde el año 1991 mantiene un contrato de exclusividad con la AFA (Asociación del Futbol Argentino) para la transmisión exclusiva de dicho deporte. Este contrato especifica de acuerdo a sus variantes un aporte en el año 2009 de 268 millones de pesos por todo concepto, y a cambio dicha empresa tiene el uso exclusivo de todas las transmisiones de las imágenes de los partidos de futbol, tanto para el ámbito local como para la televisación en el extranjero.
Esto significa que TSC (TyC + Clarín) desembolsa 268 millones y a cambio ganan una suma que se estima supera ampliamente dicho monto, ya que al poseer la exclusiva de las transmisiones los recursos generados son infinitos, como la venta de las mismas al extranjero. Además de toda la publicidad que aparece durante las transmisión, y un porcentaje de las publicidades estáticas en los estadios de futbol. También hay que contar con los partidos CODIFICADOS que son cobrados de manera aparte al que quiera verlos por televisión, y los cuales aparte de ser una entrada extra de dinero a dicha empresa, produce el hecho más grave: solo algunos pueden acceder a estos eventos deportivos. Ni siquiera alcanza con tener un abono básico de cable, si no que se está obligando a contratar un abono codificado. Hoy resulta mas factible ver partidos del extranjero, como la liga española, inglesa o italiana que los de nuestra propia liga, lo que nos indica que el futbol por televisión no es para todos, sino para muy pocos.
Todo lo expuesto nos lleva realizarnos esta pregunta: ¿Es posible estatizar el futbol o hacer al futbol algo común para todos y hacerlo con un mayor alcance social?
A lo mejor estamos hablando de lo mismo y por ahí no nos damos cuenta.
Creemos que una inversión del gobierno de 600 millones no es una locura, mucha gente dice y argumenta de que en el país hay otras necesidades primeras, y eso no hay que negarlo, pero lo que hay que ver es que ese dinero no es regalado al futbol, si no que si se trabaja bien no es solo una gran inversión económica, si no sobre todo puede realizarse en una gran inversión social.
De mas esta decir que el negocio de la transmisión de futbol es un negocio redondo, por algo la empresa poseedora de dicha concesión esta desde el año 1991 y no se quiere ir y promete judicializar toda esta situación, ya que según fuentes no oficiales facturan alrededor de 5000 mil millones anuales con nuestro futbol, y esto se deriva de todas las variantes expuestas anteriormente.
Por ejemplo, en caso de que el estado se haga cargo de la transmisión y desaparezca el codificado y eso deja de ser una entrada económica a este negocio, al ser por televisión abierta y pública para todos, la cantidad de espectadores se va a incrementar de manera superlativa y con eso la publicidad que es una de las mayores fuentes de ingresos económicos, crecerá notablemente.
Por todo esto, desde el punto de vista económico es una gran posibilidad para el país, hay que perder el miedo a las sociedades del estado, y hasta cuándo vamos a seguir dejando que grupos monopólicos se sigan enriqueciendo a costa de lo nuestro y sin ni siquiera brindar algo a nuestra sociedad. Así mismo no nos olvidemos que de los 600 millones, 300 irán destinados a los clubes y el resto será destinados para pagar deudas como por ejemplos: sueldos atrasados, la misma tienen aporte jubilatorio, deudas de AFIP, y sin fin de otras deudas que traen acarreado una movilización importante de la economía del país. Los medios para recaudar son muchísimo, los ya enumerados y muchos mas, como internet, prode, etc., el estado tiene capacidad para semejante función.
En este punto no hay que caer en la vieja y conocida falacia (entre otras tantas) de la derecha mal llamada liberal, económica, que en la década de los noventa nos enseñó la siguiente lógica: lo estatal no sirve, siempre es deficitario y lo privado sirve y brinda buenos servicios. Así comenzaron diciendo: tal servicio público brinda un mal servicio, los empleados son vagos, es deficitario, está atrasado tecnológicamente, es corrupto, etc. Luego dijeron, nos saquemos un peso de encima, privaticemos. Finalmente, cuasi-regalaron las empresas estatales a los amigos del poder de ese momento. Y con silogismos instalados, como: lo importante son los servicios, lo público no funciona, lo privado si funciona, las corporaciones económicas avanzaron vorazmente sobre lo estatal. Ningún empresario invierte para perder plata, y los escándalos de corrupción que luego se conocieron en esas negociaciones fueron prueba cabal de ello. En este clima se generó este contrato de exclusividad de transmisiones de fútbol en aquel año 1991.
Entendemos que el punto más importante es la óptica social que se le puede dar a todo esto, y que sirve para responder la otra mitad de la pregunta: El Alcance Social. Mas allá de las transmisiones públicas del futbol, hay todo un contexto social mucho mas grande, en el que se puede trabajar, interfiriendo de alguna manera en la AFA y con el apoyo de los clubes. Es la posibilidad de hacer crecer el deporte de manera importante, no solo como instrumento deportivo si no sobre todo como un gran instrumento social. Esto debe ser un trabajo entre todos, ya que el gobierno con su intervención duplica el ingreso a los clubes y colabora con saldar deudas que no pensaron que iban a saldar. Con esto, los clubes están en la obligación de aplicar en su zona de influencia un trabajo social y de contención, sin perder su aspecto competitivo, y podrían reinvertir el dinero en obras de infraestructura, becas deportivas, en fin, en llegar a realizar una acción social.
Desde la Fundación Generación Bicentenario, proponemos que para ello, el estado funde un órgano de control de gestión encargado de la supervisación de dichas acciones. Por ejemplo, que haya un monto mínimo y máximo de aporte desde la AFA a los clubes dependiendo de la categoría en que se encuentren. Y dependiendo de su trabajo social, de infraestructura, de becas deportivas, etc el ingreso de parte de la televisión sería superior o menor, siempre dentro de los máximos y mínimos.
También, las variables deben tener que ver en cómo mantienen las finanzas equilibradas, las elecciones democráticas de autoridades, el control de la escolaridad de los jugadores de inferiores, la cantidad de puestos de trabajos que generen, etc.
Esto debe servir para acabar de una buena vez con los dirigentes corruptos y enquistados mediante prácticas que nada tienen que ver con la democracia, y premiar a los dirigentes honestos y clubes serios que con mucho sacrificio mantienen las cosas ordenadas, transparentes y tienen una gran interacción con el medio social donde están instalados. Por lo tanto si este órgano de control que sería formado entre el estado, la AFA, la asociación de jugadores agremiados, y entidades relacionadas al deporte, (lo más amplio posible) llegara a cumplir su función, llevaríamos a mejorar nuestro futbol, y clubes, ya que evitaríamos esta diferencia actual de repartir ingreso entre unos clubes ricos y pobres. Todo esto es posible, simplemente hay que trabajar seriamente y buscando una mayor igualdad entre todos, y que a partir del deporte mas popular de nuestro país podamos mejorar y ayudar a muchas personas.
Simplemente hay que trabajar y trabajar, y no olvidarnos que un país con menos diferencias, ya sean de cualquier tipo, es un país mejor para todos.
(*) por Gonzalo Castro Maggi
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